El MINI Coupé y el estilo ingles
Con la llegada de la última generación, MINI Coupé se ha dejado por el camino parte del ADN de conducción que nos enamoró después de su retorno… y unas cuantas carrocerías. Entre ellas, la conocida como Coupé que, junto con el Roadster, explotaron la variante más lúdica del modelo británico.
En el caso de nuestro protagonista, contaba con una gama compuesta por mecánicas de entre 122 y 211 CV de potencia; esta última, correspondiente a la versión que nos interesa: el MINI John Cooper Works Coupé.

Sin duda, en ese momento, lucía las mejores características dinámicas de la marca: peso razonablemente reducido, dirección incisiva, suspensión firme en extremo, sonido adictivo, agilidad en los cambios de dirección… Además, la guinda la ponía el excelso motor turboalimentado de gasolina, con 1,6 litros de cilindrada, que aseguraba una velocidad máxima de 240 km/h y una aceleración de 0 a 100 en 6,4 segundos.
En las últimas fechas, todos los integrantes de la familia John Cooper Works moderna han alcanzado los 231 CV de potencia.
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